Taos News

¿Cómo regresaré a mi hogar?

Parte A

Por LARRY TORRES

¡Mano Juan Fango estaba bien, bien aburrido! El Cielo no era lo que él había pensado que iba a ser. Los ángeles cantaban día y noche, pero cantaban himnos; no eran rancheritas. Ya los las podía aguantar más.

“¿Qué no hay nada más que hacer aquí?” les preguntó. “Yo quisiera ir a pescar o a cazar. Yo quisiera correr o pasearme a caballo. Yo quisiera sentir al viento en la cara. ¡En verdad, no pertenezco aquí!”

Los ángeles estaban de acuerdo con lo que les dijo. Ese vaquero de Nuevo México no tenía ningún negocio allí entre ellos. Sin más ni más, los ángeles se juntaron y tomaron a Mano Juan Fango de las manos y los pies. Con gritos de “uno, dos, tres,” lo arrojaron del Cielo tan rápido que en la caída se le soltaron las alas.

¡Por fin!” exclamaba Mano Juan Fango cuando iba cayendo. “¡Ahora por fin puedo sentir al viento en mi cara! En muy poco tiempo voy a poder estar en mi hogar y entonces voy a poder hacer todas las cosas que quería hacer!”

Conforme se iba acercando a la tierra, Mano Juan Fango miró que no iba a aterrizar como había pensado. No podía destinguir a Nuevo México en ninguna parte del mundo. Pero sí se dio cuenta de que el mundo iba volteándose y que iba a caer en Rusia.

Se le voló el sombrero a Mano Juan Fango y su camisón de celeste azul lo iba deteniendo como un paracaídas. “¿Cómo le voy a hacer entre esa nación de gente desconocida?” se preguntaba a sí mismo. “Si tengo que caminar desde aquí hasta mi casa en Nuevo México, va a ser una jornada muy larga hasta el desierto.”

Nomás en cuanto que Mano Juan Fango iba a aterrizar, se sintió detenerse muy de repente. Miró hacia arriba y vio que

su camisón se había quedado colgado de la cúpula de una iglesia. “¡Quizá estoy en Moscú!” se dijo a solas.

“Por supuesto que sí, camarada,” le respondió una voz desde abajo. “¿Quién es Usted?”

“Yo me llama Mano Juan Fango,” le replicó él. “Yo soy un vaquero de Nuevo México. Los ángeles del Cielo no me podían aguantar porque estaba haciendo mucha bulla. Yo estaba queriendo aterrizar en Nuevo México, pero de repente el mundo se dio vuelta y caí en este país extranjero. Mi camisón se quedó prendido de este cúpula y no sé cómo desprenderme de ella,” terminó por decir.

“Espéreme allí un momentito y yo le ayudaré a bajar,” le gritó la voz.

Cuando Mano Juan Fango pudo bajar de la cúpula, descubrió que estaba parado en la Cuadra Roja, como se llama la plaza mayor de Moscú. Los rusos así lo miraban con gran curiosidad al verlo vestido con un camisón azul roto.

“Va a necesitar algo más calentito que esa túnica, camarada,” le dijeron ellos. “En esta parte del mundo hace bastante frío. Póngase este forro de pieles para que no vaya a resfriarse.” Ellos mismos le ayudaron a vestirse más calentito.

Cuando estaba abrigado un poco mejor, Mano Juan Fango comenzó a mirar alrededor. Vio que estaba cerca de un muro alto con palacios y catedrales extraños por detrás. “¡Qué sitio tan fantástico!” les dijo él, “pero me pueden ayudar a regresar a mi hogar? Yo no pertenezco aquí, tampoco. Es muy diferente como me lo era en el Cielo.”

EL CREPÚSCULO

en-us

2021-05-13T07:00:00.0000000Z

2021-05-13T07:00:00.0000000Z

https://taosnews.pressreader.com/article/281809991780473

Santa Fe New Mexican